Textus Receptus Bibles
Reina Valera 1909
2:1 | Y ACONTECIO en aquellos días que salió edicto de parte de Augusto César, que toda la tierra fuese empadronada. |
2:2 | Este empadronamiento primero fué hecho siendo Cirenio gobernador de la Siria. |
2:3 | E iban todos para ser empadronados, cada uno á su ciudad. |
2:4 | Y subió José de Galilea, de la ciudad de Nazaret, á Judea, á la ciudad de David, que se llama Bethlehem, por cuanto era de la casa y familia de David; |
2:5 | Para ser empadronado con María su mujer, desposada con él, la cual estaba encinta. |
2:6 | Y aconteció que estando ellos allí, se cumplieron los días en que ella había de parir. |
2:7 | Y parió á su hijo primogénito, y le envolvió en pañales, y acostóle en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón. |
2:8 | Y había pastores en la misma tierra, que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su ganado. |
2:9 | Y he aquí el ángel del Señor vino sobre ellos, y la claridad de Dios los cercó de resplandor; y tuvieron gran temor. |
2:10 | Mas el ángel les dijo: No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: |
2:11 | Que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor. |
2:12 | Y esto os será por señal: hallaréis al niño envuelto en pañales, echado en un pesebre. |
2:13 | Y repentinamente fué con el ángel una multitud de los ejércitos celestiales, que alababan á Dios, y decían: |
2:14 | Gloria en las alturas á Dios, Y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres. |
2:15 | Y aconteció que como los ángeles se fueron de ellos al cielo, los pastores dijeron los unos á los otros: Pasemos pues hasta Bethlehem, y veamos esto que ha sucedido, que el Señor nos ha manifestado. |
2:16 | Y vinieron apriesa, y hallaron á María, y á José, y al niño acostado en el pesebre. |
2:17 | Y viéndolo, hicieron notorio lo que les había sido dicho del niño. |
2:18 | Y todos los que oyeron, se maravillaron de lo que los pastores les decían. |
2:19 | Mas María guardaba todas estas cosas, confiriéndolas en su corazón. |
2:20 | Y se volvieron los pastores glorificando y alabando á Dios de todas las cosas que habían oído y visto, como les había sido dicho. |
2:21 | Y pasados los ocho días para circuncidar al niño, llamaron su nombre JESUS; el cual le fué puesto por el ángel antes que él fuese concebido en el vientre. |
2:22 | Y como se cumplieron los días de la purificación de ella, conforme á la ley de Moisés, le trajeron á Jerusalem para presentarle al Señor, |
2:23 | (Como está escrito en la ley del Señor: Todo varón que abriere la matriz, será llamado santo al Señor), |
2:24 | Y para dar la ofrenda, conforme á lo que está dicho en la ley del Señor: un par de tórtolas, ó dos palominos. |
2:25 | Y he aquí, había un hombre en Jerusalem, llamado Simeón, y este hombre, justo y pío, esperaba la consolación de Israel: y el Espíritu Santo era sobre él. |
2:26 | Y había recibido respuesta del Espíritu Santo, que no vería la muerte antes que viese al Cristo del Señor. |
2:27 | Y vino por Espíritu al templo. Y cuando metieron al niño Jesús sus padres en el templo, para hacer por él conforme á la costumbre de la ley. |
2:28 | Entonces él le tomó en sus brazos, y bendijo á Dios, y dijo: |
2:29 | Ahora despides, Señor, á tu siervo, Conforme á tu palabra, en paz; |
2:30 | Porque han visto mis ojos tu salvación, |
2:31 | La cual has aparejado en presencia de todos los pueblos; |
2:32 | Luz para ser revelada á los Gentiles, Y la gloria de tu pueblo Israel. |
2:33 | Y José y su madre estaban maravillados de las cosas que se decían de él. |
2:34 | Y los bendijo Simeón, y dijo á su madre María: He aquí, éste es puesto para caída y para levantamiento de muchos en Israel; y para señal á la que será contradicho; |
2:35 | Y una espada traspasará tu alma de ti misma, para que sean manifestados los pensamientos de muchos corazones. |
2:36 | Estaba también allí Ana, profetisa, hija de Phanuel, de la tribu de Aser; la cual había venido en grande edad, y había vivido con su marido siete años desde su virginidad; |
2:37 | Y era viuda de hasta ochenta y cuatro años, que no se apartaba del templo, sirviendo de noche y de día con ayunos y oraciones. |
2:38 | Y ésta, sobreviniendo en la misma hora, juntamente confesaba al Señor, y hablaba de él á todos los que esperaban la redención en Jerusalem. |
2:39 | Mas como cumplieron todas las cosas según la ley del Señor, se volvieron á Galilea, á su ciudad de Nazaret. |
2:40 | Y el niño crecía, y fortalecíase, y se henchía de sabiduría; y la gracia de Dios era sobre él. |
2:41 | E iban sus padres todos los años á Jerusalem en la fiesta de la Pascua. |
2:42 | Y cuando fué de doce años, subieron ellos á Jerusalem conforme á la costumbre del día de la fiesta. |
2:43 | Y acabados los días, volviendo ellos, se quedó el niño Jesús en Jerusalem, sin saberlo José y su madre. |
2:44 | Y pensando que estaba en la compañía, anduvieron camino de un día; y le buscaban entre los parientes y entre los conocidos: |
2:45 | Mas como no le hallasen, volvieron á Jerusalem buscándole. |
2:46 | Y aconteció, que tres días después le hallaron en el templo, sentado en medio de los doctores, oyéndoles y preguntándoles. |
2:47 | Y todos los que le oían, se pasmaban de su entendimiento y de sus respuestas. |
2:48 | Y cuando le vieron, se maravillaron; y díjole su madre: Hijo, ¿por qué nos has hecho así? He aquí, tu padre y yo te hemos buscado con dolor. |
2:49 | Entonces él les dice: ¿Qué hay? ¿por qué me buscabais? ¿No sabíais que en los negocios de mi Padre me conviene estar? |
2:50 | Mas ellos no entendieron las palabras que les habló. |
2:51 | Y descendió con ellos, y vino á Nazaret, y estaba sujeto á ellos. Y su madre guardaba todas estas cosas en su corazón. |
2:52 | Y Jesús crecía en sabiduría, y en edad, y en gracia para con Dios y los hombres. |
Reina Valera 1909
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